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Mostrando entradas de 2016

Nace el tan temido "¿qué dirán?"

Nos da miedo a empezar de nuevo; nos da miedo acelerarnos, apurarnos con algo, hacerlo antes de tiempo.  Mejor espero un poco; para decirle que me gusta, para saludarlo/a con un beso, para darle la mano... "¡No, calmate! Todavía no se lo digas". Y así se nos pasa el tiempo, los días, las semanas, esperando el "momento correcto" para decirle a ese alguien lo que nos pasa, lo que nos provoca mirarlo fijo a los ojos; para confesarle la sonrisa inmediata que nos produce ver su nombre al lado de las notificaciones del whatsapp, y los nervios que nos da contestarle, queriendo ser simpáticos, pero sin hablarle demasiado rápido para que no piense que estamos 'desesperados'. "Mejor espero un poco, en cinco minutos le contesto..." "mejor le hablo medio cortante, para que no vea que me vuelve loca, para que no piense que estoy exagerando." ¿Quién dice cuánto hay que esperar para todo esto? ¿Dónde está escrito? Si la verdad absoluta no existe. ...

En un café se vieron por casualidad

Dicen que los opuestos se atraen. Y claramente este es uno de esos casos. En el momento en que creí que me caía y no iba a volver a levantarme, la persona menos esperada me tendió la mano y me hizo ver que (quizás) no todo estaba perdido. Las cosas terminan, las promesas se rompen, las personas se van; y siempre quedás vos solo con tu cabeza, y tenés que volver a empezar, arreglar ese corazón roto (otra vez), y seguir; ¿por qué? Porque, lamento decirte, la vida es así.  Me invitó a tomar algo a la salida del trabajo, me pasó a buscar, y caminamos unas cuadras hasta un bar en una esquina bastante olvidada. No se veía como siempre, con la camisa blanca impecable y la bandeja llena de pedidos por entregar; esta vez era realmente él el que estaba ahí:con sus piercings, que son bastantes, su pelo no tan arreglado, un cigarrillo en la mano, y absolutamente todo vestido de negro. Pero su sonrisa y sus gestos amables seguían ahí.  Pedimos una cerveza (era rarísimo que la chica del l...

Café

No puedo estudiar, porque no puedo parar de pensar.  Una semana de corazón roto, de lágrimas y estrés. Estudiar, trabajar, responsabilidades, cuentas que pagar, "no llego a fin de mes", bla, bla, bla (todo esto aguantando el nudo en la garganta que me da pensar en todo esto, obvio).  Entre todo ese desastre, decidí contar hasta 20 (mil) y pedir un café. Que esperen los pedidos, que esperen los relojes nuevos a que los ponga en la vidriera más tarde. Necesitaba parar.  Abrió la puerta del local el mismo chico de siempre, a quien nunca registré, más que con un saludo de "hola" y "chau"; saqué la billetera. -¿Cuánto te debo? -22 - me dijo - como siempre.  -¿Me darías... -Edulcorante, jaja - rió - como siempre - y se fue.  No noté mi indiferencia hasta dentro de unos 20 minutos, cuando "el chico del café" (que siempre me llama por mi nombre, y yo jamás se lo pregunté siquiera) volvió a entrar a la joyería, esta vez con la bandeja vacía.  -¿Q...

Vómito de pensamientos

Por momentos me saca mil sonrisas, como si nunca hubiera pasado nada; nos besamos como si siempre hubiese sido igual.  Pero otras veces (muchas otras veces) no puedo pensar en otra cosa que no sea en el dolor que me causó esa charla; ese mensaje en su celular; la foto de ella, que supuestamente estaba en el pasado, como todo lo demás. O quizás lo que más dolió fue que lo negara. Que me negara en la cara algo que yo ya sabía (y que él no sabía que sabía, jaja). ¿Tengo que seguir confiando? ¿Tengo que tirar un año y medio a la basura? ¿Me contó realmente todo, o hay cosas que sigo sin saber? Estas son las cosas que te dejan titubeando; que te hacen perderte en el laberinto de la vida, y te endurecen el corazón un poco más. ¿Será que cada persona deja literalmente hablando, una marca en el corazón, una marca de esas que duelen, y que nunca se van del todo? ¿Será que se aprende solamente a los golpes? Sé que nadie encuentra su camino sin haberse perdido antes varias veces, sin ha...