Elijo bailar
Peinarme con un rodete bien tirante, que casi siempre lo hace mi mamá; estar horas y horas volviendo a intentar eso que no me sale; sufrir cada vez que la profesora dice "bueno, con la otra pierna/ para el otro lado" y sabés bien que te cuesta el doble hacerlo así; curarme ampollas y lastimaduras que dejan las zapatillas de punta después de entrenar; caerme en una pirueta, levantarme y volver a hacerla; elongar tanto que sentís que no podés más; terminar y tomar una botella de agua entera del cansancio... ¿por qué lo sigo eligiendo? Porque no es simplemente bailar. Es desconectarme de la realidad y ser yo misma por un rato; olvidarme de lo malo, y lo bueno también, y disfrutar; es encontrarme con una canción, unirnos, y ser uno solo; es dejar de pensar, y empezar a sentir; es dejar el cuerpo de lado, y escuchar al corazón. Es demostrar que tu esfuerzo vale la pena, que tus "no puedo, tengo que entrenar" sirven de mucho. Es entender que siempre se puede mejora...