Dos mundos
Ahí, en esa cama, aunque todos digan que no era la correcta, ella entregó su corazón. A él no le interesaba agarrarlo, y manchó las sábanas blancas donde todo pasó. Ella muerta de amor, él solamente muerto de ganas, y no importaba si era ella o su amiga la que ocupe ese lugar. Ella i ntentando convencerse que era él el indicado, que había conexión entre ambos, él queriendo mostrar lo bien que cumplía ese rol; y sí, pasión no les faltó. Nada de despedidas, ni de besos enamorados cuando el sol volvió a salir; nada de vestidos eternos blancos, por estar desnudos después de una noche así. No hubo saludo de 'buenos días', ni olor a tostadas con manteca en esa cocina. Él le pidió un auto, y ella se fue así, con los pies doloridos por los zapatos que tenía que volver a ponerse. Con el maquillaje corrido,...