En un café se vieron por casualidad
Dicen que los opuestos se atraen. Y claramente este es uno de esos casos. En el momento en que creí que me caía y no iba a volver a levantarme, la persona menos esperada me tendió la mano y me hizo ver que (quizás) no todo estaba perdido. Las cosas terminan, las promesas se rompen, las personas se van; y siempre quedás vos solo con tu cabeza, y tenés que volver a empezar, arreglar ese corazón roto (otra vez), y seguir; ¿por qué? Porque, lamento decirte, la vida es así. Me invitó a tomar algo a la salida del trabajo, me pasó a buscar, y caminamos unas cuadras hasta un bar en una esquina bastante olvidada. No se veía como siempre, con la camisa blanca impecable y la bandeja llena de pedidos por entregar; esta vez era realmente él el que estaba ahí:con sus piercings, que son bastantes, su pelo no tan arreglado, un cigarrillo en la mano, y absolutamente todo vestido de negro. Pero su sonrisa y sus gestos amables seguían ahí. Pedimos una cerveza (era rarísimo que la chica del l...