Ganó el amor
Todavía duele ahí, donde ayer me golpearon. Si me rozan, si algo se acerca, me tira un poco, y el corazón tiembla de miedo. Y me frena; no me deja avanzar (¿O soy yo la que no quiere hacerlo?).
Un poco de ambas, creo. La cicatriz de una mala experiencia queda, y todavía no terminó de curar. Cierro los ojos y veo el momento del golpe, la puñalada que me marcó hace ya bastante, pero para siempre; y quiero cuidarla, quiero cuidarme para que no se repita, porque no creo poder volver a luchar con eso.
Me enoja que la herida que vos me provocaste, hoy no me deje disfrutar como quisiera. Por más que tenga fé en mí, en él, en los dos, no puedo ser cien por ciento real. Mirá si me vuelvo a golpear ahí; mirá si me tira con algo, y los puntos se salen, y vuelvo a sangrar... ¿es tu culpa, por no entender en su momento todo lo que sentía, y lo lejos que estaba de lastimarte? ¿O es la mía, por pensar que los dos amábamos al mismo nivel? Por creer que todo el amor que das, siempre pero siempre vuelve.
Nadie me atajó cuando caí; y volaba tan alto, que fue más duro que nunca.
El tiempo me llevó a entender, y a olvidar; empecé a vivir con ese dolor, que de a poco se fue aliviando, aunque sigue latiendo, y arde. Sin embargo, que me duela, me hace caminar con cuidado, mirando por dónde paso, y pensado un poco antes de tirarme a volar.
Hoy, casi dos años después, y todos los días, tengo a alguien que me levanta y me limpia la cara, me cura el corazón, y me sana las heridas.
Hoy tengo un sostén de verdad, hecho de cemento y ladrillos enormes y fuertes.
Hoy lo que siento es correspondido.
Hoy todo que doy, vuelve, y todavía en más cantidad.
Hoy sonrío de forma sincera.
Hoy perdió el miedo, y ganó el amor.
Un poco de ambas, creo. La cicatriz de una mala experiencia queda, y todavía no terminó de curar. Cierro los ojos y veo el momento del golpe, la puñalada que me marcó hace ya bastante, pero para siempre; y quiero cuidarla, quiero cuidarme para que no se repita, porque no creo poder volver a luchar con eso.
Me enoja que la herida que vos me provocaste, hoy no me deje disfrutar como quisiera. Por más que tenga fé en mí, en él, en los dos, no puedo ser cien por ciento real. Mirá si me vuelvo a golpear ahí; mirá si me tira con algo, y los puntos se salen, y vuelvo a sangrar... ¿es tu culpa, por no entender en su momento todo lo que sentía, y lo lejos que estaba de lastimarte? ¿O es la mía, por pensar que los dos amábamos al mismo nivel? Por creer que todo el amor que das, siempre pero siempre vuelve.
Nadie me atajó cuando caí; y volaba tan alto, que fue más duro que nunca.
El tiempo me llevó a entender, y a olvidar; empecé a vivir con ese dolor, que de a poco se fue aliviando, aunque sigue latiendo, y arde. Sin embargo, que me duela, me hace caminar con cuidado, mirando por dónde paso, y pensado un poco antes de tirarme a volar.
Hoy, casi dos años después, y todos los días, tengo a alguien que me levanta y me limpia la cara, me cura el corazón, y me sana las heridas.
Hoy tengo un sostén de verdad, hecho de cemento y ladrillos enormes y fuertes.
Hoy lo que siento es correspondido.
Hoy todo que doy, vuelve, y todavía en más cantidad.
Hoy sonrío de forma sincera.
Hoy perdió el miedo, y ganó el amor.
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