Muchas veces a lo largo de mi vida, dije que quería que se separen. Pero no así; no de verdad. Creo que nunca tuve noción de que eso podía pasarnos a nosotros, pensé que iba a ser así para siempre. 
Aunque el proceso empezó hace casi seis meses atrás, exactamente hoy, adelante del abogado, hablando de divisiones de bienes, regímenes de visita, jueces y firmar papeles, fue ahí cuando me cayó la ficha de verdad. 
Entendí que ya no se puede volver atrás, que a partir de acá, todo cambia, más que nunca. Ya no somos más la familia que éramos, ya no tengo padres que viven juntos, ya no va a haber más navidades de mesas largas con ambas familias en casa. Y esta casa ya no es más 'nuestra casa', porque mi viejo ahora dice que es MI casa, 'su casa'... ahora él tiene otra vida, en la que ya no juego (jugamos) un papel protagónico, sino casi secundario. Porque vernos una vez a la semana por dos horas no son nada, a comparación de todo lo que compartíamos antes acá, juntos. 
Y hoy no soy yo la mujer más importante de su vida, mi mamá mucho menos. Hoy esa mujer, la que hizo que él cambie tanto, ella es la que puede disfrutar de tenerlo las 24 horas al lado suyo; aunque a veces pienso que ella no cambió nada, que siempre fue así, solamente que nunca te animaste a demostrarlo. Pero hoy te la jugaste por ella, y voy a tener que aceptarlo tarde o temprano, aunque me duela tanto. 

Hoy solamente quiero que pase el tiempo, que se firme todo y se termine de una vez, aunque solamente es el principio de algo super largo. Yo ya no quiero saber más nada, quiero que termine el año. Quiero volver a sonreír.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Recordar

AM(dol)OR

Puzzle