All things must pass

Ahora camina por la calle y siente que todos saben exactamente lo que le pasa; como si fuera transparente, como si cada mirada atravesara su cabeza y leyera todo lo que pasa por ahí adentro. Siente mil cuchillos clavados en la nuca, miradas que la juzgan, que saben todo; no puede mentirles ni sonreír para engañarlos, porque nadie le cree.
Camina y se siente insegura, sola. Aunque siempre fue así, hoy el recorrido hasta la facultad tarda tres veces más en recorrerlo; el colectivo llega cuatro veces más atrasado que de costumbre. Salir de noche le aterra, cuando antes odiaba la idea de que alguien la acompañe o la vaya a buscar a la salida del boliche. Se siente desnuda, desprotegida, descuidada (des-todo). 
Es su ausencia la que lo provoca, él se fue y aunque no estaba siempre al lado de ella para ayudarla a cruzar la calle como corresponde, o para acompañarla a cada lugar al que debía llegar, aún así, él siempre estaba presente. Y hoy la abandonó, sin darle explicaciones. La dejó así, sola, esperando el colectivo, caminando, saliendo de la universidad, haciendo todo lo que siempre hacía, pero ahora, sin nadie que la esté esperando a la vuelta con una sonrisa y un beso de 'te extrañé'. 
Todavía le cuesta esconder las lágrimas y sonreír con sinceridad; todavía se puede sentir que le duele, que esa herida no curó del todo. Pero sabe que dentro de poco (o dentro de mucho quizá), va a poder volver a reír con ganas. Va a volver a levantar la cabeza, y la van a volver a mirar en la calle como la chica 'en pose de modelo' que era. Y ya va a volver a escribir en primera persona, cuando no sienta vergüenza y miedo de decir lo que siente.

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